Laur

Laur, la olivícola número 1 del mundo, fue también el primer establecimiento de Argentina destinado a la elaboración de aceite de oliva. Esto ocurrió en 1889, cuando Don Francisco Laur emigró desde la región del Loire, Francia, y recién llegado se instaló en Maipú, Mendoza, para crear lo que en ese momento llamó la “Fábrica de Aceite Laur”.

Por ese motivo, Olivícola Laur quiso hacer un reconocimiento al su fundador e invitó a sus nietos Silvia, Daniel y Francisco López Laur.

“Don Francisco Laur fue un pionero, un visionario, al igual que José Millán al adquirirla en 2010 e invertir para modernizarla y emprender el camino de la calidad que la posicionaron como la mejor del mundo”, indica Gabriel Guardia, gerente general de Olivícola Laur y enólogo especializado en aceite de oliva.

Los descendientes de Don Francisco recorrieron la finca y edificaciones más antiguas de la Olivícola, recordando orgullosos y emocionados los grandes momentos vividos ahí, así como el paso de su abuelo y su padre (quien también se desempeñó elaborando aceite de oliva). Además, fueron nombrados “Protectores de los Olivos”.

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